palabras de origen ingles y su paso al espanol

Palabras de origen inglés y su paso al español

Fernando Ávila

En esta historia hemos visto cómo el idioma español se fue formando con aportes de los idiomas íbero, galo, latín, griego, germano y árabe, que así llegó a América. Y aquí siguió enriqueciéndose con aportes de los idiomas indígenas, como taíno, nahua, maya, chibcha, quechua, charrúa… En la era de la industrialización nuestro idioma recibió importantes aportes del francés, y en tiempos actuales, del inglés. Especialmente a este último aporte me referiré en esta entrega.

Hay palabras que se escriben igual en inglés y en español, como golf, web, blog, motor, bus, aunque se pronuncien distinto, como iceberg, gay, airbag, universal, dirigible, banana. Algunas solo se diferencian por la tilde en su versión española, como clóset, córner, chárter, ágape, diésel, dúplex, unión, visión, o porque tienen una letra de más en nuestro idioma, debutante (en inglés, debutant), reforma (reform), tabloide (tabloid), arte (art), culto (cult). Abundan las palabras comunes a los dos idiomas en su escritura, como muchas terminadas en -al; adverbial, central, dorsal, formal, integral, literal, material, metal, sexual, tropical, vertical…, y otras tantas terminadas en -ble, admirable, deplorable, dirigible, flexible, horrible, imitable, invisible, terrible, vulnerable

Pero el idioma español tiene su propia morfología, y aquí hay que tener en cuenta una serie de reglas para el paso de palabras inglesas y de otras lenguas a la lengua de Cervantes. En español no hay palabras con s líquida inicial, lo que exige que voces como slogan, standard, scanner, snob, stand, lleven, aparte de algún otro ajuste, la e de apoyo inicial, eslogan, estándar, escáner, esnob, estand. En español no hay doble s: estrés (del inglés stress), impase (del francés impasse), expreso (en italiano, espresso), Misisipi (exónimo de Mississippi).

En español no existe el dígrafo sh, tan propio del inglés, por lo que escribimos chor (inglés, short) y champú (shampoo). En español no existe el dígrafo ck, por lo que click, block, crack, cocktail se escriben en la lengua de García Márquez clic, bloc, crac, coctel. En español no existe la doble z, por lo que las voces italianas mezzosoprano y mezzanino adquieren las formas mesosoprano y mezanine. La doble z, de pizza se mantiene, pero sigue siendo palabra italiana, por lo que es preciso escribirla en cursiva, pizza, “¡Por favor, una pizza hawaiana!”. En español no hay palabras terminadas en -ing, como marketing y casting, que pasan a la lengua de Vargas Llosa como márquetin y castin. Y apenas hay tres palabras terminadas en -ng, gong (platillo sonoro), fang (un gentilicio) y yang (fuerza masculina en el taoísmo)

La i griega (y) solo tiene función de vocal cuando va sola, Andrés y Ángela, y cuando va al final de palabras que terminen en -ay, -ey, -oy -uy, como caray, ley, estoy, muy. En otra posición es consonante ye, yate, cayena, rayito, yoyo, yute. Por eso, palabras como sexy, whisky, gays, bypass, sprays, pasan a nuestra lengua con i latina, sexi, wiski, gais, baipás, espráis.