
Salento, Filandia y Circasia: los tesoros históricos que forjaron la identidad del Quindío
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- 11 marzo, 2025
- Región, Turismo
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El Quindío, corazón del Paisaje Cultural Cafetero, tiene en Salento, Filandia y Circasia sus municipios más antiguos. Estos territorios no solo destacan por su belleza y tradición, sino también por su papel en los orígenes y la formación cultural de la región. En esta ocasión, el historiador quindiano Fernando Jaramillo nos ayuda a comprender la relevancia de estos poblados en la construcción de la identidad del departamento.
Salento: pionero de la colonización y la cultura cafetera

Fundado en 1842, como una colonia penal, Salento fue el primer municipio del Quindío y pionero en la colonización antioqueña. Fue puerta de entrada de nuevos pobladores que, enfrentándose a terrenos montañosos y selváticos, lograron establecerse en el centro del país. Además de ser un importante punto de conexión a través del Camino Nacional, Salento introdujo las bases de la cultura cafetera que se quedó para siempre.
Sobre su existencia, el historiador Fernando Jaramillo explica que Salento es el pionero en el proceso fundacional del Quindío. Con la llegada de antioqueños que habían constituido pueblos en lo que hoy son Caldas y Risaralda, se consolidó como un lugar de asentamiento para quienes buscaban tierras fértiles, estabilidad y un futuro para sus familias. Durante este periodo, se cultivaba principalmente maíz y se engordaban cerdos. Entre 1870 y 1880, comenzó la siembra de café, inicialmente en zonas aledañas a lo que en la actualidad es Calarcá.
Las técnicas agrícolas, la organización comunitaria y las costumbres propias de quienes llegaban a establecerse moldearon la identidad cafetera que aún persiste. Su arquitectura y los vibrantes colores de sus casas son un legado tangible de esa época de transformación.
Filandia: tradición y arquitectura en su máxima expresión

Fundada en 1878, Filandia sobresale por ser un ejemplo destacado de conservación arquitectónica y cultural. Su apodo, la Colina Iluminada, refleja no solo su ubicación privilegiada, sino también el brillo de su historia. Sus casas coloniales, vestidas con fachadas coloridas y detalles de madera tallada, han sido preservadas con cuidado por sus habitantes. La guadua, material emblemático de la región, sigue siendo protagonista en sus construcciones.
Su arquitectura guarda los rasgos de la colonización antioqueña, caracterizada por casas de dos plantas con portones altos que permitían el ingreso de caballos hacia un patio central. En la parte trasera de las casas solían ubicarse las pesebreras. Estas construcciones empleaban materiales tradicionales, como madera local y teja de barro, y paredes pintadas de blanco para prevenir plagas, como ácaros, niguas y garrapatas.
Filandia ha logrado preservar su patrimonio cultural gracias a la voluntad de sus administraciones locales, manteniendo la arquitectura y tradiciones intactas. Conserva un enfoque tranquilo, centrado en la gastronomía y el paisaje.
Circasia: un símbolo de libertad e inclusión

Fundada en 1884, Circasia es conocida como el «municipio libre» gracias a su Cementerio Libre, un espacio que desafió las normas religiosas de la época al permitir que personas de todas las creencias fueran sepultadas allí. Este símbolo de inclusión marcó un precedente no solo en el Quindío, sino en Colombia.
«El Cementerio Libre es un símbolo de libertad, fundado por Braulio Botero Londoño en respuesta a las restricciones impuestas por el padre Pinzón, quien negaba acceso a la iglesia y al cementerio a personas que no se confesaban, no asistían a misa o eran consideradas ateas, liberales o masones. Para ofrecer un espacio de sepultura digno a quienes eran rechazados, Botero creó este lugar, donde, según el mito, los primeros cuerpos fueron enterrados de pie, como una declaración de no sumisión, incluso después de la muerte», explica Jaramillo.
El Cementerio Libre, además de su trasfondo histórico, conserva arquitectura alemana y elementos masónicos, como la cruz esvástica, que lo convierten en un atractivo turístico único. El mensaje de libertad también está presente en la formación académica de los jóvenes de este municipio quindiano, ya que en el Colegio Libre, también donado por Braulio Botero Londoño, la religión se imparte como una materia de estudio y no como una imposición.
Guardianes de la identidad quindiana

La influencia de Salento, Filandia y Circasia en la formación de la identidad del Quindío es innegable. Su existencia y cotidianidad los convierte en guardianes de una heredad que es patrimonio y vida de sus pobladores.
Sin embargo, el crecimiento del turismo plantea importantes desafíos. El manejo sostenible de los recursos, la preservación de la autenticidad cultural y el mantenimiento de la infraestructura son temas que requieren atención. Al respecto, Fernando Jaramillo concluye: «Estos municipios han mantenido vivas las tradiciones y el patrimonio histórico, atrayendo a visitantes interesados en conocer sus rasgos y valores. Su relevancia radica en ser guardianes de la memoria y la cultura de la región, contribuyendo a la continuidad de sus costumbres en medio de los cambios del tiempo».
La historia de Salento, Filandia y Circasia no solo define el pasado del Quindío, sino que inspira su presente y guía su futuro como una región orgullosa de sus raíces. Estos tesoros continúan siendo faros de identidad, memoria y resiliencia, elementos que hacen del Quindío un territorio único en el corazón de Colombia.