La mujer que lidera los partos humanizados en Armenia

La mujer que lidera los partos humanizados en Armenia

Hace poco más de una década, la ginecobstetra Liliana Pachón terminó sus estudios de especialización en Bogotá y retornó a Armenia para ejercer su profesión, pero se encontró con que en la ciudad aún no se practicaban los partos humanizados.

Desde ahí emprendió la lucha por modernizar este acto, para que las mujeres conocieran sobre su derecho a tener la compañía del padre del bebé u otra persona que les pueda brindar apoyo en ese momento crucial, que, como Pachón lo advirtió, marca la vida de las mujeres y de sus hijos: «El parto es vital para una mujer y se venía manejando como si fuera una enfermedad.  Buscamos que ellas estén enteradas sobre una forma diferente y más humana de vivir esa experiencia».

Con los conocimientos que Pachón adquirió y en compañía de los especialistas Richard Orozco y Carlos Montilla, decidieron cambiar el modo como nacían los bebés en el Hospital Departamental Universitario del Quindío San Juan de Dios, con sede en el norte de Armenia.

«Para fortuna de nosotros, el hospital nos dejó implementar un modelo en el que nacer de una manera diferente impacta la vida de los niños. Aunque la iniciativa surgió hace 10 años, la pandemia nos bloqueó un poco, pero fue retomada de manera completa hace 2 años», dijo Pachón.

La mujer que lidera los partos humanizados en Armenia

La especialista manifestó que en el parto humanizado se busca que la mujer sea partícipe de las decisiones, que pueda elegir la forma en la que quiere vivir ese acontecimiento y el proceso de las contracciones, ya sea caminando, bailando, usando una pelota, recibiendo masajes, utilizando instrumentos para mitigar el dolor, escuchando música, percibiendo fragancias relajantes u observando luces y figuras de colores en el techo, y teniendo la compañía de otra persona.

«El recién nacido tiene derecho a estar en contacto piel a piel con su mamá, por una hora, o con su papá, en caso de que el parto se complique. Esto genera una mejor lactancia, menores dificultades para la adaptación, menos enfermedades neurológicas; son niños más tranquilos y menos enfermos. El padre ingresa en la fase activa del parto (por encima de 5 cm de dilatación) y puede apoyar a la mujer ayudándole a bailar o hacer ejercicios, luego recibe al bebé, lo protege y se lo presenta a la madre», explica la médica.

Este año implementaron la estrategia de humanización de los partos por cesárea. «La manera de nacer ahora es muy diferente, decidimos humanizar este procedimiento y queremos que también se convierta en una bandera del departamento. Necesitamos mover la infraestructura y capacitar al personal para eso», comentó la ginecobstetra.

Actualmente se atienden 250 nacimientos al mes en el hospital, y, según la especialista, «si se quedan dos o tres partos sin humanización, es mucho».

Las mujeres embarazadas pueden pedir una asesoría sobre el parto humanizado en sus EPS o acudir directamente al Hospital San Juan de Dios.