Secretos que debes saber antes de visitar el valle de Cocora
- ad-q-asomos
- 22 septiembre, 2023
- Región, Turismo
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Cuando se piensa en el Quindío, se dibujan dos palabras en la mente: café y valle de Cocora. Es esta última la principal razón del arribo de miles de turistas durante todo el año, buscando avistar los hermosos paisajes que componen las grandes montañas y las palmas de cera. Por eso te traemos tres datos que debes saber antes de visitar el valle de Cocora.
Primero, que es catalogado como un importante parador turístico del municipio de Salento y del departamento del Quindío. Es hogar del árbol nacional de Colombia: la palma de cera, Ceroxylon quindiuense, declarada como símbolo patrio mediante la Ley 61 de 1985, y es despensa hídrica del departamento, porque sus aguas llegan a las casas de los quindianos, procedentes de los nacimientos de la zona alta de Salento.
En segundo lugar, que goza de una incidencia histórica asociada a la independencia nacional. Resulta que una de sus trochas sirvió de acceso a las tropas de Bolívar y al mismo Libertador en su desplazamiento hacia el sur del país. Se le denominó Paso del Quindío y en 1850 fue declarado Camino Nacional.
¿De dónde proviene el nombre de Cocora?
Lo último que debes saber es la proveniencia del nombre de este escenario natural. En la Colombia precolombina, estas tierras eran altamente cultivables por parte de los grupos indígenas que las habitaban, además representaban las principales productoras de agua de la región, dos factores primordiales para la construcción de la vida y razones para que fuera bautizada por las tribus pobladoras como «tierra de dioses», en su vocablo original.
De acuerdo con la tradición oral, que saltó de generación en generación y que es ignorada por los historiadores y científicos que han investigado sobre el Quindío, las primeras comunidades asentadas en el valle de Cocora pertenecieron a los quindos, un grupo étnico conocido, pero muy poco investigado y estudiado. Se dice que compartían estas tierras con los quimbayas, pero que poseían lenguas y costumbres distintas, según un documento escrito en 1585.
Uno de sus caciques fue Acaime y en honor a él se le llamó así a la reserva natural que está dentro de este exuberante paisaje, donde hoy habitan los colibríes y que es también un centro de atracción turística. Cuenta la tradición oral que tenía dos hijas: la mayor de ellas, Boquía, era una princesa guerrera que custodiaba el valle. Al ser una tierra tan deseada, era blanco de constantes ataques de tribus circundantes. La princesa y su ejército se situaban en la parte baja de Salento, a orillas del río Quindío —lugar que hoy conocemos como Boquía—, para evitar que otros grupos lograran subir y conquistar ese territorio.
Mientras que su hija menor, una princesa hermosa, que probablemente nació en el tiempo de mayor afluencia de agua, recibió el nombre de Cocorá, sí, con acentuación, vocablo de los quindos que significa ‘estrella de agua’.
Cuando muere, el valle recibe su nombre al compararlo con la extraordinaria belleza de la mujer. El valle de Cocora se encuentra en el centro de cinco puntos cardinales de agua: el nevado del Tolima, el nevado Santa Isabel, el paramillo del Quindío, el paramillo de los Cisnes y las cuencas y microcuencas del río Quindío, formando la estrella de agua, una poderosa razón que le da protagonismo y vigencia a este mito.
Que te lo contemos es una cosa, que vengas a visitarlo es corroborar con tus ojos la maravilla natural que ha inspirado esta bella historia.